Please Mr Postman
La primera vez que vi tu cara
Antología de la Salvación. Veintiunava parte.
Me gusta pasear mis dedos. Me gusta el tacto de una sabana ajena y saber que el calor que desprende es porque debajo hay algo que late y que vive.
Que besa al despertar con un te quiero.


Es posible vivir sin corazón. Es posible saber donde tienes cada uno de tus sentimientos, cada uno de tus pensamientos, cada una de tus ideas. Y entonces es cuando no borras la estúpida sonrisa de la cara.
Es feo
Antología de la Salvación. Veinteava parte.
Tal vez la salvación viene dada del vacío.
Al igual que los ermitaños dejaba atrás todas sus posesiones y se daban a una vida más espiritual, el vacio debe ser una más que posible salvación.
Un vacio de crisis y permanente donde al no haber nada no puede ser posible sufrir daño alguno.
Un vacio sin recuerdos rancios y con una pequeña puerta para entrar o dejar salir las pequeñas toxinas producidas por la quema de recuerdos no vacios.
Una lobotomía voluntaria o psicotrópica que no produzcan dolor o al menos no lo encuentre.





Antología de la Salvación. Decimonovena parte.
Me imagino la salvación como aquel estado del protagonista del libro “Misery” de Stephen King.
En cama notaba como las olas del mar le llevaban de la mano hacia algún lugar.
Ese rumor que te acerca a lo desconocido.
Magullado y dolido encuentras alguien que te cure, que te ayuda, que siente devoción por ti. Sin dudar te dejas llevar, solo sabes que sigues vivo, lo sientes.
No hace falta mucho para escuchar ese rumor de olas, el salitre, el contacto de la arena, ya viene, solo debes de hacer una cosa y decirla una y otra vez; ven, ven, ven…





Hoy me encuentro regular
The end
Pajaros en la cabeza
Ya no hay sorpresas
Todo es mentira
Antología de la Salvación. Decimoséptima parte.

