Os dejo la noticia de uno de mis iconos vitalicios:
Bettie Page, la mujer cuyo curvilíneo cuerpo adornó miles de paredes de talleres mecánicos, armarios y barracones militares, y cuyas poses inspiraron a quienes convierten en realidad algunas fantasías fetichistas y sadomasoquistas, se encuentra, a los 85 años, en estado crítico. La legendaria pin up estadounidense, cuya figura volvió a ser actualidad hace un par de años gracias a una película en la que era interpretada por Gretchen Mol, sufrió un ataque de corazón el martes pasado, por el que fue ingresada en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Los Ángeles cuyo nombre no se ha dado a conocer públicamente. Page había pasado tres semanas ingresada en otro hospital por una neumonía, según han informado los medios estadounidenses, y sufrió el fallo cardiaco justo cuando iba a ser dada de alta. Según un amigo, se encuentra en coma.
ESCASA REPERCUSIÓN MEDIÁTICA Su delicadísimo estado de salud está teniendo en Estados Unidos escasa repercusión mediática. Y no sorprende en exceso: esta ha sido una de las paradojas que han rodeado, voluntaria e involuntariamente, la vida pública de Bettie Page. La antigua secretaria, nacida en Nashville (Tennessee) en 1923, saltó a la fama cuando un policía negro aficionado a la fotografía la encontró en una playa y le ofreció retratarla. A partir de ahí llegaron una infinidad de sesiones donde la lente fue recogiéndola en biquinis de leopardo, altísimas botas o, simplemente, con un gorro de Papá Noel --como en el famoso desplegable para Playboy en 1955--. Se convirtió en una imagen de éxito, mucho más reproducida que la de muchas estrellas de Hollywood contemporáneas. Hubo conservadores que la vieron como emblema del avance de la pornografía. Otros la identificaron como una de las semillas de la revolución sexual que llegaría poco después. Ella decidió retirarse de la vida pública en 1957 y, tras sufrir una enfermedad mental y hacerse cristiana renacida, reapareció en los 90, tras una ola de renovado interés que la convirtió en figura de culto. Nunca más permitió que la fotografiaran.
ESCASA REPERCUSIÓN MEDIÁTICA Su delicadísimo estado de salud está teniendo en Estados Unidos escasa repercusión mediática. Y no sorprende en exceso: esta ha sido una de las paradojas que han rodeado, voluntaria e involuntariamente, la vida pública de Bettie Page. La antigua secretaria, nacida en Nashville (Tennessee) en 1923, saltó a la fama cuando un policía negro aficionado a la fotografía la encontró en una playa y le ofreció retratarla. A partir de ahí llegaron una infinidad de sesiones donde la lente fue recogiéndola en biquinis de leopardo, altísimas botas o, simplemente, con un gorro de Papá Noel --como en el famoso desplegable para Playboy en 1955--. Se convirtió en una imagen de éxito, mucho más reproducida que la de muchas estrellas de Hollywood contemporáneas. Hubo conservadores que la vieron como emblema del avance de la pornografía. Otros la identificaron como una de las semillas de la revolución sexual que llegaría poco después. Ella decidió retirarse de la vida pública en 1957 y, tras sufrir una enfermedad mental y hacerse cristiana renacida, reapareció en los 90, tras una ola de renovado interés que la convirtió en figura de culto. Nunca más permitió que la fotografiaran.
Via ElPeriodico
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